La reforma de 1965 implica variados cambios muy importante, es “la educación para todos”, pero qué es esto realmente, qué significa en nuestro tiempo: Significa que hoy todos pueden acceder a la educación, por lo menos básica y media; pero en qué condiciones?
Claramente sabemos que las condiciones que surgen desde un estrato socioeconómico y otro, no permiten la equidad en nuestro país. Ahora nos preguntamos si solo será la falta de recursos o que los docentes no se encuentran capacitados para lograr, con estos escasos recursos, lo mismo que pueden lograr profesores de escuelas privilegiadas? Ahora bien, también sabemos que las remuneraciones de un lugar y otro también varían.
Lo que sucede es que aún no comprendemos como es que escuelas poseen hasta piscina para sus alumnos y otros se conforman con neumáticos viejos para jugar.
No podemos desconocer que hubo logros, erradicando el analfabetismo, pero que pasa hoy ¿Cuántos chilenos comprenden lo que leen? Será que por el afán de cumplir con los planes y programas en que el niño de 1º básico termina el año leyendo, se nos olvida preocuparnos de su comprensión?
Y que pasa con la enseñanza media, acaso los alumnos de colegios técnicos poseen hoy en día las mismas posibilidades de ingreso a la universidad que los alumnos de liceos tradicionales? Sabemos que los primeros egresan con un título, pero acaso no se piensa en que estos alumnos desearan en algún minuto y a costa de su trabajo costear sus estudios superiores.
No comprendemos. En 1995 se alarga la educación básica a 8 años, y hoy resulta que, nuevamente se quiere acortar, será algo parecido a un efecto yoyo (va y vuelve).
Y por último, que se prioriza hoy en día la calidad o la cantidad. A nuestro parecer y por lo observado, al igual que en la reforma de 1965 las matrículas siguen siendo muy importantes. No deja de ser importante la subvención que perciben las escuelas por alumno que asiste a clases; o nadie se a dado cuenta que si un alumno no asiste a clases, de todos modos aparece como asistente.
Quien sabe, seguiremos en el efecto yoyo o realmente se solucionaran los problemas en educación. Difícil tarea.
Claramente sabemos que las condiciones que surgen desde un estrato socioeconómico y otro, no permiten la equidad en nuestro país. Ahora nos preguntamos si solo será la falta de recursos o que los docentes no se encuentran capacitados para lograr, con estos escasos recursos, lo mismo que pueden lograr profesores de escuelas privilegiadas? Ahora bien, también sabemos que las remuneraciones de un lugar y otro también varían.
Lo que sucede es que aún no comprendemos como es que escuelas poseen hasta piscina para sus alumnos y otros se conforman con neumáticos viejos para jugar.
No podemos desconocer que hubo logros, erradicando el analfabetismo, pero que pasa hoy ¿Cuántos chilenos comprenden lo que leen? Será que por el afán de cumplir con los planes y programas en que el niño de 1º básico termina el año leyendo, se nos olvida preocuparnos de su comprensión?
Y que pasa con la enseñanza media, acaso los alumnos de colegios técnicos poseen hoy en día las mismas posibilidades de ingreso a la universidad que los alumnos de liceos tradicionales? Sabemos que los primeros egresan con un título, pero acaso no se piensa en que estos alumnos desearan en algún minuto y a costa de su trabajo costear sus estudios superiores.
No comprendemos. En 1995 se alarga la educación básica a 8 años, y hoy resulta que, nuevamente se quiere acortar, será algo parecido a un efecto yoyo (va y vuelve).
Y por último, que se prioriza hoy en día la calidad o la cantidad. A nuestro parecer y por lo observado, al igual que en la reforma de 1965 las matrículas siguen siendo muy importantes. No deja de ser importante la subvención que perciben las escuelas por alumno que asiste a clases; o nadie se a dado cuenta que si un alumno no asiste a clases, de todos modos aparece como asistente.
Quien sabe, seguiremos en el efecto yoyo o realmente se solucionaran los problemas en educación. Difícil tarea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario